domingo, 29 de abril de 2018

Aventura en Egipto I


Viajar es uno de los mejores placeres de la vida (para mí). Cuando uno se prepara para emprender una nueva aventura sea en su país o en otro continente, mantiene en su interior todo tipo de sentimientos: felicidad, tristeza, emoción, miedo, entre otros. En los últimos años, la tecnología (acceso a internet, el uso de un móvil o PC) nos acerca a los lugares más recónditos del mundo, pudiendo visitar virtualmente lugares, encontrar recomendaciones de otros viajeros, saber qué llevar y que no, cómo actuar respetando la diversidad cultural, entre otras cosas más.

Hoy en día, escuchar hablar de oriente medio es sinónimo de guerra, muertes, intereses económicos, políticos, etc., siendo poco atractivo (turísticamente) visitar los países que lo conforman o los países próximos. En ese sentido, Egipto es uno de los países que en los últimos años, su turismo ha sufrido cambios negativos, a causa del estallido de la primavera árabe (2011), golpe de Estado (2013), atentados (2017), entre otras situaciones. Sin embargo, pensar en Egipto es traer a nuestras mentes (considero para la mayoría de personas sobre todo quienes estamos en otros continentes, principalmente en América Latina), las clases de historia universal impartida en la educación básica: la etapa faraónica, las pirámides, los grandes templos, entre más…

Muchos/as hemos considerado alguna vez en nuestra vida, el creer que es imposible visitar países lejanos debido a la gran cantidad de dinero a invertir, la peligrosidad del contexto o por el temor (en el caso de ser mujeres) en países de destino donde la cultura y los espacios públicos son principalmente de hombres.  Con muchos temores me embarqué en una nueva aventura a Egipto, mi principal razón de viaje fue por estudios, aun así muchas sensaciones se hicieron presente, sin que faltara los comentarios de: ¿vas a viajar sola?, ¡qué miedo, en esa parte del continente están en guerra!, “la mayoría son musulmanes, es peligroso para las mujeres”, ¿usarás velo o niqaj?, etc., etc…

Parte de lo que se cree antes de conocer la realidad en terreno es cierta y en parte no lo es

Primero, el gobierno egipcio viene implementando estrategias de protección a su población y turistas, teniendo resguardadas con muros de cemento y personal policial las principales instituciones públicas, algunas iglesias católicas, lugares turísticos e incluso muchos establecimientos comerciales y hoteles, en todas sus entradas cuentan con sistema de detección de armas y escáner para los bolsos y maletas.

Detector de armas en un hotel

Segundo, de llegar a Egipto lo ideal es contactarse y/o contratar previamente los servicios de un hotel con recojo en el aeropuerto, principalmente si son mujeres (como en mucho lugares del mundo, somos vulnerables a cualquier tipo de ataques), y claro para no pagar excesos en los servicios de taxis. Esto acompañado de realizar cambio de dinero a libras egipcias (1 dólar = 17,6 LE) y de esa manera pagar todo lo que se requiera en la moneda local.


Tercero, el 90% de la población egipcia es musulmana, motivo por el cual hay que tener la plena consciencia de respeto y tolerancia con sus prácticas culturales. Las prácticas religiosas son: orar 5 veces al día (nunca hombres y mujeres juntos, incluso en las mezquitas hay espacios diferentes para cada grupo); no comer cerdo; en el caso de las mujeres musulmanas es relevante el “cuidar la belleza femenina” por ello muchas utilizan velo o niqab.

Hombres orando en la calle


Cuarto, no siempre las mujeres egipcias usaron velo, esto se hizo “obligatorio” en 1958 cuando el presidente Nasser lo estableció, sin embargo en las décadas siguientes mayor cantidad de mujeres portaban velo, hasta el día de hoy.  


Quinto, Egipto como otros países es un mundo de hombres, las calles están abarrotadas de tiendas que copan las veredas con mesas y sillas ofreciendo el famoso shisha, es rarísimo ver mujeres en aquellos lugares, a menos que sean turistas y estén acompañados por algún varón.

Shisha

        Sexto, Egipto es uno de los países donde la platería es barata (por lo mismo que su moneda esta devaluada)  la artesanía también es hermosa.